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Las enfermeras escolares salvan vidas
25.10.24 | Estatal
¿Cuáles son los principales problemas de salud mental que sufren el alumnado de nuestro país? ¿Cómo se pueden abordar en los centros educativos? ¿Qué puede hacer una enfermera escolar?
Estas preguntas obtuvieron respuesta en la jornada “Enfermera escolar. Cuidando la salud mental en las aulas”, organizada por el Sindicato de Enfermería, SATSE, y el sindicato independiente de la enseñanza pública ANPE, en colaboración con la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE).
Tras la inauguración por parte de la presidenta de SATSE, Laura Villaseñor, y del presidente de ANPE, Francisco Venzalá, docentes, responsables de centros educativos, familias, alumnado, enfermeras escolares y otros profesionales sanitarios participaron en un encuentro que buscó ofrecer soluciones a un problema que tiene cada vez una mayor incidencia en la infancia y adolescencia.
Trabajo en equipo
La idea más repetida fue la necesidad de trabajar en equipo ante problemas que son multifactoriales y que requieren de la atención del conjunto de la comunidad educativa y de los servicios sanitarios y sociales.
Entre todas las “piezas del engranaje” necesario se destacó la relevancia que tiene el trabajo de las enfermeras escolares.
Una figura que aún no tiene una implantación generalizada en los centros educativos de nuestro país. Son pocas las comunidades que han apostado por ella y todavía, además, de manera insuficiente.
Algo que lamentaron todos los participantes en la jornada al ser conscientes de que pueden desarrollar una importante labor de prevención, detección, tratamiento y seguimiento de los casos que se produzcan.
Problemas
¿Cuáles son los principales problemas de salud mental que pueden aparecer en la infancia y adolescencia?
A esta pregunta contestó Iria Rodríguez, psiquiatra en el Hospital HM Puerta del Sur de Madrid, que ofreció numerosos datos para realizar una radiografía actualizada de la situación actual, tanto a nivel nacional como internacional.
Según dijo, el 50 por ciento de las patologías de salud mental se inician en la infancia y adolescencia, y en torno al 20 por ciento de los niños presentan distintos tipos de trastornos que varían o coinciden en función de la etapa de desarrollo.
Entre los 0 y 6 años, los más comunes son los trastornos del neurodesarrollo, vinculares y de aprendizaje; entre los 7 y 12 años, son los trastornos de ansiedad, ánimo y de conducta y/o conducta alimentaria, y entre los 12 y 18 años, las autolesiones, ideación autolítica, abuso de sustancias y conductas de riesgo.
Soluciones
¿Cómo se pueden abordar los problemas de salud mental en los centros educativos?
La enfermera escolar María Mínguez, que lleva 16 años trabajando en el Colegio Runnymede College de Alcobendas, defendió el trabajo en equipo de familias, alumnado y profesionales (docentes, enfermeras, psiquiatras, psicólogos…) en base a protocolos de actuación previamente establecidos y consensuados.
Al respecto, lamentó que España se encuentra por detrás con respecto a otros países que llevan años apostando por la prevención, detección temprana y atención de casos, caso de Inglaterra, por ejemplo, que ya en 2017 puso en marcha un programa general de actuación en los centros educativos.
Enfermera escolar
A la cuestión relativa al papel que pueden jugar las enfermeras escolares, todas los presentes manifestaron una opinión coincidente. La más clara fue la de Elena Rico, una joven que durante sus años en el Runnymede College contó con la atención, ayuda y acompañamiento de María Mínguez.
Reconoció que el trabajo de Minguez le salvó la vida y afirmó que fue la única persona que se dio cuenta de todos los problemas de salud mental que tenía. Por ello, incidió en la necesidad de que en todos los centros educativos haya una enfermera escolar. “Las casi tragedias como la mía también son tragedias para muchas personas y no entiendo que no haya presupuestos para contar con enfermeras escolares”, dijo.
María Mínguez, por su parte, señaló que “las enfermeras escolares somos las reinas del dolor de tripa” porque, en muchos casos, los niños, niñas y adolescentes entran en su consulta argumentando este problema, pero, tirando del hilo, salen otros problemas de mayor importancia.
Según dijo, la confianza y el conocimiento mutuo que se genera hace posible que le cuenten finalmente lo que realmente les pasa y se pueda actuar.
Beneficios
Con más de 40 años de trayectoria profesional como enfermera escolar, Natividad López, presidenta de AMECE, puso en valor algunos de los beneficios del trabajo de estas profesionales sanitarias, como el ahorro que generan al sistema sanitario, la reducción del absentismo escolar y el favorecer la conciliación laboral y personal de madres y padres.
“Prevenir desde la infancia, acompañar durante todo el tiempo de escolaridad y tratar, junto a otros profesionales, a los que lo necesitan son competencias claras de la enfermera escolar”, reseñó, abogando, una vez más, por su presencia fija en todos los colegios e institutos como parte del equipo de centro y no como un “profesional a distancia”.
Valor añadido
En los mismos términos, Paloma Repila, adjunta a la Secretaría de Accion Sindical de SATSE, resaló que las enfermeras escolares son un “valor añadido” que podrían gestionar casos de alumnado con problemas de salud mental de mediana complejidad derivándolos a otros profesionales sanitarios.
Por último, Repila criticó que en el proyecto “Escuelas Promotoras de Salud” impulsado en España por el Ministerio de Sanidad no se esté contemplando, por el momento, a las enfermeras escolares, y que se estén empezado a plantear a nivel autonómico, caso de Asturias, que sean los docentes lo que puedan realizar labores asistenciales en base a protocolos de actuación previamente diseñados.
La jornada, que congregó a más de 300 personas, es una más de las iniciativas que SATSE y ANPE viene promoviendo desde hace años para lograr que todos los centros educativos de nuestro país cuenten, al menos, con una enfermera escolar.